Salvamento marino realiza maniobras de recogida de fuel. Las herramientas más habituales en los barcos son los skimmers y las barreras. Juan Villanueva

Los vigilantes de los océanos

Juan Villanueva

6th October 2022

Unos 13 kilómetros separan África de Europa en la entrada al Mediterráneo, y por ahí pasan alrededor de 154 buques gigantes todos los días. Eso es como meter el tráfico de la Gran Vía en la calle de tu barrio, y donde hay tráfico hay accidentes. Los países de esa zona -España, Marruecos y Reino Unido, por Gibraltar, en este caso- son los vigilantes de los océanos y mantener esas “carreteras” limpias y seguras.
The Green Bee

Recientemente, el buque de carga OS35 embistió a un metanero al salir del puerto de Gibraltar (Reino Unido), por suerte sin heridos. El metanero no sufrió daños y siguió su travesía. Sin embargo, el OS35 empezó a hundirse de proa, por donde había colisionado, y lo dirigieron a un encallamiento controlado. El barco iba cargado con 215 toneladas de fuel pesado, 250 de gasóleo y 27 de lubricante; eso es mucho combustible. Como era de esperar, hubo una fuga y los vigilantes de los océanos entraron en juego.

Aunque las autoridades gibraltareñas no pidieron inmediatamente el socorro de los vigilantes de los oceános, el presidente de la Junta de Andalucia, Juanma Moreno, ofreció los recursos disponibles para evitar lo que podía ser una catástrofe. Eso sí, el  diputado de Unidas Podemos por Cádiz, anunció que iban a pedir al Congreso redactar un plan de contingencia: “Evitemos que un nuevo choque entre buques se pueda convertir en una catástrofe medioambiental en el Estrecho de Gibraltar. Ésta es una de las vías marítimas con más tránsito internacional”.

Los que limpian el desastre

El cuerpo de Salvamento Marítimo está preparado para actuar sin previo aviso; su tiempo de primera respuesta no llega a los 20 minutos. En su orden de prioridades están primero las vidas humanas, y segundo el medio ambiente. Limpian todo lo que pueda contaminar, hasta los fluorescentes de los pasillos. Como los operarios de carretera, ellos son los encargados de mantener los carriles para que los barcos puedan “circular” sin peligro: Recogen los vehículos averiados, los animales muertos, y limpian los vertidos, accidentales o no. En 2020, rescataron más de 45.000 personas y controlaron el tráfico de 254.000 barcos. 

Ibon Aguinaga Ugarte, técnico de operaciones en Salvamento Marítimo, es uno de esos vigilantes de los océanos. Tienen base en el centro estratégico de Sevilla, que está a medio camino entre Huelva y Cádiz. Allí tienen las heramientas  que necesitan como barreras flotantes, bombas -skimmers-, un robot operado de forma remota (ROV, por sus siglas en inglés) y globos gigantes capaces de tirar de hasta 15 toneladas. 

El buque polivalente y el guardamar de Salvamento Marítimo haciendo la maniobra de recogida de hidrocarburo. Primero hacer una U para que luego el guardamar arrastre de un extremo formando una J y el polivalente pueda poner los skimmers a funcionar. Juan Villanueva
El buque polivalente Clara Campoamor (56-80m eslora) realizan la maniobra de recogida de fuel - Credit: Salvamento Marino

Aguinaga me explicó el protocolo: “Las manchas usualmente no son uniformes. Las unidades aéreas facilitan donde están y sus dimensiones. Nosotros dibujamos un trazado y las empujamos con las barreras flotantes formando una U”.

Y continúa: “Cuando hemos juntado suficiente hidrocarburo una de las embarcaciones se adelanta tirando de uno de los extremos de la barrera para formar una J y acercar la otra embarcación a la mancha. Entonces es cuando los skimmers entran en juego y empiezan a extraer el contaminante”. Skimmers hay de todos los tamaños; los más grandes pueden recoger hasta 140 m3/h. Aguinaga dice que no pueden tener las bombas trabajando todo el rato porque hay que reagrupar el fuel y ajustar la proporción agua/fuel que extrae.

Por eso los vigilantes de los océanos también se ayudan de la tecnología. Un ojo experimentado puede ver las manchas, pero las cámaras detectan hasta la densidad del agua e identifican dónde está el crudo. Esto también vale para prevenir y cazar a los infractores in fraganti: “Ahora tenemos drones. Se ponen al lado de los buques donde han detectado una diferencia de temperatura y con un brazo y un medidor de emisiones, sabemos si está expulsando más azufre de lo permitido”.  

Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 y los premios ODS-14

Generalmente cuando la gente de tierra firme pensamos en estos vigilantes de los océanos, pensamos en rescatar navegantes a punto de ahogarse, pero su tarea va mucho más allá. Están comprometidos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, y aunque no es el único, se responsabilizan especialmente del número 14, mantener la vida marina.

Desde la base en Madrid nos recuerdan que entre sus cometidos está “limpiar la mar”.  Pedro Echenique, de Salvamento Marítimo, menciona orgulloso que el año pasado realizaron 740 acciones y recuerda que es mejor prevenir antes que curar: “Por ejemplo, algo de lo que no se habla lo suficiente son los «cenitazos», limpiar bodegas y depósitos y tirar los restos al mar. Esto antes era una práctica habitual, pero ahora está prohibido y la vigilancia aérea nos ayuda a controlarlo”. Desde 2010 se han reducido un 90% este tipo de actuaciones gracias a la vigilancia de los medios aéreos. 

La concienciación es crucial, por eso celebran los premios ODS-14, conoceremos los ganadores en Octubre: “Con este evento pretendemos premiar iniciativas para sensibilizar al público en general, y demostrar que conservar el medio ambiente sano es fundamental para el futuro de todos. Por ejemplo Echenique menciona la necesidad de que grandes buques y barcos recreativos sean responsables de sus residuos: “¡Es inadmisible que todavía la gente use la mar como la papelera del barco!”

El mar es fuente de riqueza y biodiversidad. Somos un planeta azúl, el único planeta conocido capaz de desarrollar vida. Sin embargo, estamos en medio de una crisis climática y de biodiversidad por la acción del hombre; Los océanos se calientan y se acidifican, corales enteros mueren, y los plásticos crean islas gigantes. El color añil profundo e intenso, trístemente se transfomará en un negro inerte si seguimos haciendo negocios como siempre.