Al sur de Andalucía está Sierra Nevada, una escarpada cordillera donde se encuentra el Mulhacén, el pico más alto de la península de 3479 metros de altitud. Allí, desde el siglo VIII vivían los musulmanes que desarrollaron un red de canales y presas que les permitían gestionar los recursos hídricos de la montaña a través de las llamadas acequias de careo. Lo que hacen literalmente es recoger el agua del deshielo a través de canaletas cavadas en la roca y filtrarlas a través de la montaña para que salga más abajo por bocas de agua.
Lo que se hace es retener el agua en las laderas el máximo tiempo posible para retrasar su salida y tener caudal en verano. “Como dicen los labradores, entretienen el agua”, nos cuenta el profesor de Historia y Arqueología Medieval de la Universidad de Granada, Jose María Civantos. “Es un sistema enormemente original y sofisticado, ideado y construido por la gente del campo”, comenta Civantos.