El Mar Menor consigue derechos. El mar menos ha surido un ecocidio a raiz de la agricultura intensiva y el desarrollo urbanístico.

El congreso otorga derechos a Mar Menor

Juan Villanueva

14 Julio

La laguna salada más grande -Y probablemente más dañada- de Europa, se encuentra en el Sudeste Español, y está en una situación crítica. Durante los últimos años ha sufrido la aparición de microorganismos invasivos y varios eventos de muerte masiva de especies marinas por asfixia. Tras una larga campaña ciudadana, el Mar Menor consigue derechos y el Parlamento Español ha aprobado darle derechos al ecosistema del Mar Menor en Murcia.
The Green Bee

Mi abuelo nació cerca del Mar Menor, en  Murcia, y hemos pasado un montón de veranos en las patachas de la laguna. Mi madre todavía recuerda cuando era niña pasar todos los veranos allí con un montón de chiringuitos a orillas de esas playas de interior, practicar deportes acuáticos en esas aguas calmas y cálidas y largas noches al aire libre. También recuerda lo desagradable que eran las algas entre sus deditos de los pies. Todo eso era anted de que el Mar Menor necesitara derechos propios.

El Mar Menor tiene 170 km2, y un brazo estrecho lo separa del Mediterráneo. Sólo una pequeña boca los comunica. En algunos puntos, ese brazo, La Manga, no es más ancho de cien metros. Así se hizo un ecosistema único con unas características de salinidad, temperatura y biodiversidad exclusivo. Esto fue hasta que el impacto de la agricultura intensiva y el desarrollo urbano lo llevo al colapso. 

Una serie de acontecimientos causados por la manos del hombre desencadenó una serie de eventos; el aumento de los microorganismos, sopas verdes y la muerte masiva de peces. Las autoridades recogieron 3 toneladas de peces muertos en 2019, y más de 4 en 2021. Este año el Mar Menor ha expulsado 250 ejemplares a la vez.

Todo empezó algunas décadas atrás cuando la fiebre del turismo tocó al españolito. Entre los 70 y los 80, La Manga vivió un boom urbanístico que convirtió una línea de dunas en el resort turístico que vemos hoy, con unos sistemas de desagües muy deficientes. También, los campos agrícolas de alrededor que tocan récords históricos en producción han contaminado los acuíferos subterráneos y las ramblas superficiales que desembocan en el Mar Menor.

Lucha legal

En tan mal estado estaba la laguna, que los ciudadanos tuvieron que entrar en acción hasta que el Mar Menor consigue derechos. La plataforma ILP Mar Menor recogió más de 600.000 firmas para otorgar personalidad jurídica al ecosistema murciano. De acuerdo a su portavoz, ha sido un éxito. Rocio García declaró a El Diario: “Es la primera vez que vemos diferentes colectivos y toda la sociedad unir fuerzas con un propósito medioambiental, conseguir derechos para el Mar Menor”.

Ahora que está oficialemente aprovado, éste es le más claro ejemplo en Europa de otorgar derechos a la naturaleza. Otras sociedades con lazos más fuertes con la naturaleza ya lo hicieron; como por ejemplo Colombia y su parte del Amazonas o USA que le reconoció al rio Colorado el derecho a “existir, florecer, regenerarse, ser cuidado y evolucionar naturalmente”.

 

muerte masiva de peces en el mar menor
En 2019 las autoridades recogieron más de tres toneladas de peces muertos

Alex Putzer, estudiante a doctorado en la escuela de estudios avazandos Sant´Anna en Pizza explica que esto facilita la relación entre los ecosistemas naturales y la ley, aunque reconoce que no es nada fácil ya que no hay una única definición de lo que son los derechos de la naturaleza. Cada ecosistema tiene sus propias características y sus propios riesgos; no es lo mismo una selva que un río que unos corales y no es fácil que el Mar Menor consiga derechos

“No creo que otorgar derechos a la naturaleza vaya a solucionar todos los problemas que tiene, pero le dará un valor añadido a su protección. Los ecosistemas dejarán de ser un objeto protegido, para ser un sujeto de protección”.

Por su parte Susana Borrás, profesora de Derecho Internacional Públicoy Relaciones Internacionales en la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona con doctorado en Derecho ambiental nos contó su visión agridulce, «En general no somos capaces de establecer una conexión con la Naturaleza. Estamos priorizando nuestros intereses humanos sobre el bienestar del planeta y eso es un error». Aun así reconoce que el optimismo llega cuando ve que lo que empiezan como pequeños movimientos sociales crecen hasta conseguir conseguir los derechos del Mar Menor.