Los pellets de Galicia invadieron las playas en enero. Los pellets de Galicia son la materia prima de los plásticos

Los pellets de Galicia: macromoléculas que les ponen aditivos para forman todo tipo de plásticos

A pesar de haber retirado ya sacos y sacos de pellets, las playas de Galicia siguen inundadas de bolitas blancas. A pesar del interés común por solucionarlo la Xunta y el Gobierno se tiraron las pelotitas de una administración a otra. Esos plásticos, de menos de 5mm de diámetro, son microplásticos y llegaron millones desde un contenedor que perdió el buque Toconao durante una tormenta. 

Los pellets son polímeros derivados del petróleo que se les añaden aditivos para conseguir diferentes propiedades. En otras palabras, son la materia prima del plástico. Forman desde las botellas de agua y el embalaje de alimentos hasta los elementos de construcción o carcasas de electrodomésticos.

Gracias a su gran versatilidad, seguridad y asequibilidad, los plásticos están presentes en todos los sectores económicos. Y sobre los componentes suelen ser pigmentos, antioxidantes o filtros ultravioleta; y tanto el polímero principal como los aditivos, para que puedan estar en contacto con alimentos en los casos de los envases deben cumplir con el reglamento de la Comisión Europea. Tras un análisis de los componentes se sabe que los pellets de Galicia eran para alimentación y por eso hubo la confusión si eran, o no, comestibles

Los vecinos bajaron a limpirar las playas con sus propios medios – Video: Greenpeace

La industria de los plásticos es sólida en España en la que hay más de 3.000 empresas, la mayoría pymes, y representan el 6.1% del PIB español. Además, genera más de 90.000 empleos directos, la mayoría -Casi un 70%- en Cataluña y Valencia, los fabricantes se agrupan principalmente alrededor de las refinerías de combustibles fósiles.

La industria no puede ser ajena tampoco al impacto que tiene, principalmente medioambiental como la crisis de Galicia ha demostrado. Aun así dicen que el foco hay que ponerlo en la recogida y reciclaje y no en la producción. Los fabricantes de plásticos llevan muchos años reduciendo el consumo de materias primas en sus procesos y adaptando sus empresas hacia la producción sostenible.

El gran reto de cualquier transformador siempre es conseguir hacer el mejor producto con mejores prestaciones y con el menor consumo de materias primas para reducir el peso de los productos.

Y también afirma que están en el barco de los objetivos de desarrollo sostenible y desgrana los esfuerzos que están poniendo en la economía circular para fomentar la reducción, reutilización y reciclaje. Hay un llamamiento desde el sector para que entre todos podamos beneficiarnos de la contribución de los plásticos al bienestar social y la protección del medioambiente.

Plásticos de naranjas

En medio de la crisis del plástico y de los materiales, están saliendo otros productos biodegradables derivados de cualquier fruta o vegetal que pueden hacer la vez de plásticos. Las chicas de Sirope Lab -Alba, Claudia y Luisa- decidieron apostar por las cáscaras de naranjas. Usan otros productos como la cáscara de guisantes o cacahuetes, pero como estaban en Valencia había abundancia de sobra de este material. 

«Para nosotras es importante respetar los ciclos naturales y la estacionalidad de los alimentos. Cuando es temporada nos abastecemos de los residuos de dos campos y cuando es fuera de temporada acudimos a dos cafeterías en Valencia», explica Luisa. Esta es la clave de la economía circular. 


Desecan las cáscaras en el taller y las pulverizan. Usan el agar agar como aglutinante natural y experimentan para crear diferentes materiales. «Hemos desarrollado el biocuero de naranja; es bastante resistente y flexible que hemos utilizado en cartelería y decoraciones efímeras», añade Luisa. 

Aunque estos materiales no podrán nunca sustituir completamente el plástico sí vale la pena probar alternativas. Hay un porcentaje de plásticos, especialmente de un sólo uso, que son sustituibles. 

Los plásticos invaden por mar

Los plásticos están en todos lados, desde el Polo Norte hasta el Polo Sur y desde el Everest hasta el fondo del mar; especialmente el fondo del mar. La organización Eunomia, centro de investigación del impacto de los desperdicios de plásticos, calcula que el 94% de todo el plástico que llega a los mares se queda en el fondo marino, hasta 70 kg por km2. Lo más común son los neumáticos con 270.000 toneladas y pellets hasta 230.000.

El resto de los desechos se mueven continuamente por las corrientes marinas hasta que llegan a las playas y a los recovecos costeros. Por ejemplo, tras analizarlos se sabe que parte de los plásticos que llegaron a Asturias y el País Vasco en las mismas fechas que los del vertido del Toconao eran de otro vertido

Si los plásticos entran en la cadena trófica pueden llegar al consumo humano.

Julio Barea, responsable de la campaña de residuos de Greenpeace, explica que los plásticos que llegan al mar se van degradando para formar microplásticos, pero los pellets ya son microplásticos. «Además son como imanes que atraen por absorción otras sustancias químicas como el mercurio«.

Y el problema es que este producto no desaparece virtualmente nunca y entra en las cadenas tróficas; y se puede encontrar en el reino animal. Por eso se puede encontrar microplásticos en el pescado de pescadería y se recomienda reducir el consumo de moluscos filtradores, como los mejillones.

El plástico ha ayudado a que el ser humano haya conseguido el nivel de evolución al que ha llegado. Es un material que puede adquirir millones de formas, colores, propiedades y rigidez. Hacen desde las tuberías de los edificios a los envoltorios que mantienen los productos frescos durante toda la distribución de los alimentos. Eso sí, Barea dice que el 40% de los plásticos en Europa se dedican al embalaje de alimentos que la mayoría son un solo uso.

Casi el 40% de los plásticos en Europa se dedican al embalaje de alimentos y muchos son de un solo uso que es lo que el activista critica.

Julia Barea, Greenpeace

«Estamos en contra de la forma absolutamente incontrolada que se está fabricando. Tenemos que empezar a atajar por algún sitio», dice. Y pone blanco sobre negro: «Es evidente que para poner fin a la contaminación por plástico un aspecto importante es la producción».

Esta invasión de microplásticos afecta a todos los países costeros. La parlamentaria irlandesa de Los Verdes Europeos, Grace O´Sullivan, que está impulsando la ampliación de la legislación que regula el empaquetado y su reciclaje, estuvo en Galicia. Dijo que su objetivo es eliminar todos los productos de plásticos de un solo uso.

Ella denuncia que todavía hay un poderoso lobby que juega un papel en los organismos internacionales. Éstos favorecen los intereses y que grandes empresas puedan seguir contaminando para reducir costes. También advirtió que habían aparecido pellets también en su pueblo natal en el sur de Irlanda.

Chile contra las bosas de plástico

Latinoamérica no es ajena a estos problemas, y Chile es un país con una larga línea costera de 6.535km, suficiente costa como para que los plásticos sean un gran problema para un país tan estrecho. Tanto que el Gobierno prohibió completamente el uso de bolsas de plástico a todos los comercios; grandes y pequeños. 

Allí empezó cuando los alcaldes de algunas zonas rurales al sur visibilizaron el problema. «Son bolsas que se usan dos minutos y demoran en degradarse centenares de años», dice Marcela Cubillas, exministra de medioambiente e impulsora de la medida en 2018. En los dos primeros años dice que se evitó la entrega de cinco mil millones de bolsas plásticas. 

«Fuimos el primer país de América Latina en impulsar esta ley y lo hicimos de forma gradual», explica Cubillas que presentó la Ley y la aprobó en los primeros seis meses en el puesto. «Lo aprobamos por mayoría absoluta porque la mayoría social entendía que estaban haciendo un bien común«.

La exministra recuerda que al principio tuvieron la oposición de las grandes superficies que argumentaban que afectaría a la libre iniciativa económica e impusieron un recurso que perdieron. Aunque los chilenos asumieron las bolsas de tela y reusables, el país andino sigue produciendo 25.000 y una gran proporción acaba en el vertedero. 

Esto significa que además de legislar, los productores y sobre todo los usuarios tienen que apoyar la causa, porque en caso contrario las playas seguirán recibiendo residuos, como las de Galicia que un mes después sigue llena de plásticos. Puede parecer que hay menos porque se entierran, pero es un flujo constante. No hay una solución clara al problema pero lo que está claro es que usamos demasiado plástico y mucho es evitable. El primer paso es ser consciente de ellos, el segundo; evitarlos. 

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